Estaban hablando el Viento y el Sol, y el Viento presumía de tener más poder que nadie. Por eso dijo:
- Vas a ver cómo le quito la capa a ese caminante.
Y comenzó a soplar y a soplar, pero el caminante se agarraba cada vez más fuertemente a su capa y el Viento no se la consiguió quitar.
Entonces el Sol dijo que él podría hacerlo, y el Viento se rió de él.
Pero el Sol comenzó a calentar tanto y tanto, que el caminante se quitó la capa él solo, pues el Sol le daba calor.
Así que el Sol ganó al Viento y éste tuvo que reconocer que era más poderoso.